
Es obvio para todos que este año
en España el DOMUND ha recibido sobre sí una sombra de tristeza y de dolor: la
muerte –a causa del ébola- de los misioneros de S. Juan de Dios Miguel Pajares y Manuel García, y la contaminación de la auxiliar de enfermería Teresa Romero con la misma enfermedad,
ha golpeado a la sociedad española y a las comunidades cristianas de nuestro
país.
Sea nuestra primera palabra de reconocimiento y gratitud por el
testimonio de los dos misioneros muertos y por los muchos más que han decidido
quedarse al lado de todos los enfermos de ébola en África. Así mismo, por el
ejemplo de entrega y servicio de Teresa, que se ofreció voluntaria para atender
a los dos primeros. Queremos solidarizarnos especialmente con ella, ahora que
se nos dice que “ha bajado la carga viral y sus órganos mejoran”. Esperamos su
total recuperación y rezamos por ello.
Y nos solidarizamos con todos los trabajadores de salud que han
puesto y siguen poniendo su profesión, sus conocimientos y su dedicación a una
causa tan noble como es frenar el azote de esa enfermedad aquí y, sobre todo,
en los países más afectados. Vaya nuestro reconocimiento a todos -creyentes y
no creyentes- los que entregan su tiempo y sus vidas en defensa de la de los
demás y buscando otro mundo posible: más justo, equitativo y solidario.
En el mismo sentido reconocemos y
agradecemos las voces que en la sociedad española han llamado la atención sobre
los graves problemas que aquejan a muchos países que –a causa del empobrecimiento
y sus consecuencias- se ven condenados a ver morir a muchos de sus hijos “antes
de tiempo”. Esa sensibilidad nos honra a todos, como personas y como creyentes
(quienes lo seamos).
Denunciamos, eso sí, que un importante sector oficial y de la
prensa hayan centrado sus críticas en la “posible irresponsabilidad de Teresa”
en el contagio. También es indigno que no se reconozca y valore, por encima de
todo, su actitud de servicio, su entrega y su sacrificio en un trabajo
arriesgado.
Así mismo, lamentamos que otro sector de la población (incluso autoridades)
haya dado reiteradas muestras de egoísmo, individualismo y cerrazón, con una
exagerada preocupación sólo por “nuestros” problemas – por nuestra seguridad -
y olvidándose totalmente de los países que más sufren el ébola y, por supuesto,
otras enfermedades y lacras que causan diariamente muchos miles de muertes. Muy
acertadamente alguien ha dicho que esas personas se preocupan “más que de
salvar a los pobres, de salvarse de los pobres”, levantando todo tipo de muros
y barreras que nos aíslen y los aíslen. En un mundo globalizado eso ya no es
posible: ¡o nos salvamos todos o juntos pereceremos!

Pedimos una ayuda más efectiva a
los países que están ahora siendo más duramente golpeados por el ébola y que
las promesas de solidaridad de los políticos no se queden en palabras vacías y
oportunistas… El continente africano lleva decenios siendo saqueado, es hora de
establecer otras relaciones comerciales justas y respetuosas. Constatamos con dolor
la rapidez con que se constituyen coaliciones para hacer la guerra y la
lentitud para la acción por la justicia y la paz.
Como consecuencia de todo lo
anterior, nosotros, acostumbrados a ser acogidos y recibidos por hermanos de
otros pueblos, razas y culturas,
reclamamos a autoridades y resto de la sociedad española que tratemos con
toda la dignidad que se merecen a los emigrantes que han dejado su patria y su
familia –sólo Dios sabe con cuánto sufrimiento detrás- buscando una vida un
poco mejor.
Madrid, 19 de
octubre, día del DOMUND 2014
Firmantes:
Misioneras de Ntra. Sra. De África
Misioneras de la Consolata
Misioneras Combonianas
Misioneras Dominicas del Rosario
Misioneros OCASHA – Cristianos con el Sur
Misioneros Espirítanos
Misioneros de la Consolata
Misioneros del IEME
Misioneros Combonianos
Misioneros de África (Padres Blancos)
Misioneros Javerianos
Misioneros de Mariannhill