martes, 24 de febrero de 2015

Día de Hispanoamérica 2015


La fuerza del primer amor
El papa Francisco recuerda en su exhortación apostólica que la primera motivación para evangelizar es el amor de Jesús que  hemos recibido, esa experiencia de ser salvados por Él que nos mueve a amarlo siempre más ¿qué amor es ese que no siente la necesidad de hablar del ser amado, de mostrarlo, de hacerlo conocer?. El verdadero misionero, que lo es por ser discípulo, sabe que Jesús camina con él, respira con él, trabaja con él; percibe a Jesús vivo en medio de la tarea misionera (cf. EG, 264-265). Y si uno no lo descubre a Él presente en el corazón mismo de la entrega misionera, pronto pierde el entusiasmo y deja de estar seguro de lo que transmite, le falta fuerza y pasión. Y una persona que no está convencida, entusiasmada, segura, enamorada, no convence a nadie (EG, 266).
 
Solo desde ese saberse enviado por Dios puede el misionero vivir con alegría el servicio de de iluminar, bendecir, vivificar, levantar, sanar, liberar a los demás. De ahí el grito de Francisco: ¡No nos dejemos robar la alegría evangelizadora! (EG, 83). Es una invitación a sumergirnos en la alegría del Evangelio y a alimentar el amor de Dios, capaz de iluminar la vocación y la misión propias. Con motivo del último DOMUND escribía el santo padre: Os exhorto a recordar, como en una peregrinación interior, el primer amor con el que el Señor Jesucristo ha caldeado el corazón de cada uno, no por un sentimiento de nostalgia, sino para perseverar en la alegría. El discípulo del Señor persevera en la alegría cuando está con Él, cuando hace su voluntad, cuando comparte la fe, la esperanza y la caridad evangélica (Mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones 2014). …

Mensaje de la Presidencia de la Pontificia Comisión para América Latina