viernes, 9 de marzo de 2018

Elvira Escudero, 101 años, nuestra misionera más longeva



Elvira compartía la pasión por la misión de la beata Margarita López de Maturana que convirtió un convento de la Merced en todo un instituto misionero. Eran las Mercedarias Misioneras de Berriz a las que Elvira se unió en 1943, con 26 años.
Ella misma contaba el pasado Domund lo que ha sido su vida en la misión en Japón: “Mi trabajo ha sido la Educación en nuestros colegios y la Catequesis. He sido muy feliz cooperando con mis hermanas. Cuando por la edad tuve que dejar la educación, visitaba a los detenidos en la cárcel y también fui feliz, sobre todo cuando un preso chino pudo recibir el Bautismo”.

La edad no parece ser un problema para esta misionera: “Ahora estoy en silla de ruedas porque tuve varias fracturas, pero mi felicidad, aunque de distinta manera, sigue siendo, quizás, mayor; porque tengo más tiempo para pedir al Padre por TODO y por TODOS y puedo sentir, con agradecimiento, la ayuda de las personas que me rodean. Sobre todo la de Jesús y la de Nuestra Madre que están siempre a mi lado haciendo todo lo que les pido porque yo no puedo. Además puedo ayudar con el español y hacer cosas de punto para los ‘sin techo’ y otros necesitados”.

En noviembre de este año, cumplirá 75 años de vida religiosa, de consagración a Jesucristo. Seguro que ha leído muchas veces las palabras de su fundadora, Margarita, sobre el “resumen” de lo que debe ser la vida religiosa: “Jesucristo. Y acabada esta palabra ya no sé qué decir, y es que quisiera que este Jesucristo sea para nosotras todas las palabras, encierre todos los sentidos, abarque todos los programas, sintetice todos los amores, alumbre todas nuestras rutas, guíe todos nuestros pasos, compendie todas las aspiraciones y sea el principio, medio y fin de nuestra vida entera…”.