Cada año, gracias la generosidad de los
donantes de Obras Misionales Pontificias, cobra vida el milagro de la
multiplicación de los panes. Desde cada rincón del planeta la solidaridad se despliega
a través de los donativos que las Obras Misionales Pontificias reciben y que
luego se convierten en ayudas que tienen como “repartidores” a los misioneros,
que siempre están cerca de los más necesitados.
El Señor bendice estas ofrendas, para que se
multipliquen por 30, por 60, por 100, como dice la parábola del sembrador, y
lanza una mirada de complicidad a quienes, como los niños del milagro, han
puesto en sus manos la pequeñez de su limosna.
Muchas de estas ofrendas llegan incluso de
los países más pobres, que como el niño del milagro, ponen lo poco que tienen
en sus manos conscientes de que es desproporcionado ante tanta necesidad, pero
hacen lo que Jesús les pide: “Dad de vuestra pequeñez, dad de vuestra
pobreza...”.
Así, en los cinco últimos años, desde el año
2008 al 2012 –años sellados por la crisis económica–, los fieles de Asia han
entregado a la Iglesia para las misiones 49.626.421,23 $; los de
Oceanía, 45.689.685,51 $; los de África, 11.848.710,70 $; los de América,
355.821.205,69 $; y los de Europa, 534.358.907,81 $. En total, han sido
997.344.930,94 $. De estas aportaciones, 145.805.825,81 $ han salido de los
bolsillos de los españoles.
Desde Obras Misionales Pontificias
agradecemos la generosidad de todos los españoles que demuestran cada año su
gran sensibilidad con las misiones y la labor de los misioneros.
Anastasio Gil, Director Nacional de OMP